Cómo mantener la concentración hasta el final
- Claudio Fernandez Arbes
- 18 ago
- 2 Min. de lectura
Frases como “esto no termina hasta que pita el juez” o “no hay que aflojar hasta cruzar la meta” se han convertido en lugares comunes del deporte. Todo deportista conoce la importancia de mantener la concentración hasta el final. Entonces, ¿por qué resulta tan difícil hacerlo? ¿Por qué tantos equipos reciben goles en los descuentos? ¿Por qué tantos atletas pierden la punta en la recta final?
Según el Modelo de Daniel Kahneman (psicólogo y Premio Nobel), la atención es un recurso limitado, que se agota más rápido en momentos de fatiga o estrés. Es una habilidad que varía en función de la motivación y el grado de activación. De esta manera, sobre el final de la competencia, la fatiga física y mental disminuyen esa capacidad atencional, aumentando la vulnerabilidad del deportista frente a los elementos distractores.
Por otro lado, con su Teoría de la Ansiedad Multidimensional, Ronald Martens (kinesiólogo e investigador pionero) nos invita a entender la existencia de una relación lineal entre la ansiedad y el rendimiento. Los pensamientos asociados a posibles escenarios derivados del resultado, como el miedo a perder lo logrado hasta el momento, o la urgencia por revertir un resultado parcial desfavorable, irrumpen en la conciencia y afectan la conducta, desviando la atención del presente y provocando una caída en el desempeño.
El pensamiento de ambos autores converge en que la Concentración no es un rasgo fijo, sino una habilidad dinámica con dos componentes: la capacidad de enfocar la atención en un objetivo o tarea, filtrando toda aquella información no relevante (interna y externa), y la capacidad de mantener ese foco en el tiempo.
Además, el problema de la concentración en los últimos minutos no es exclusivo del contexto deportivo. Todos conocemos casos de estudiantes que pierden exámenes por fallar en las últimas preguntas, creativos que se desconectan emocionalmente antes de terminar un proyecto y presentaciones de negocios que no logran cerrar de manera convincente. No se trata de una cuestión de actitud, sino de entender cómo funciona nuestra mente y prepararnos en consecuencia.
En cualquier entorno en el que tu rendimiento esté en juego, podés beneficiarte de una buena concentración.
La buena noticia es que, al igual que cualquier músculo, la concentración puede entrenarse. Algunas formas en que la Psicología del Alto Rendimiento puede ayudar a personas y equipos son:
▶️ diseño rutinas de cierre
▶️ ejercicios de atención plena
▶️ sistematización del diálogo interno
▶️ visualización de escenarios críticos
Éstas son sólo algunas de las herramientas y métodos con las que podés contar.
Mantener la concentración hasta el final es una forma de respetar todo lo que hiciste antes.





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