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Principales problemáticas de salud mental en atletas

  • Foto del escritor: Claudio Fernandez Arbes
    Claudio Fernandez Arbes
  • 5 ago
  • 4 Min. de lectura

Este artículo es un fragmento de mi presentación realizada para el Comité Olímpico Uruguayo, en el ciclo de charlas sobre salud mental llamado “Con La Mente En El Juego”.


De acuerdo a los datos publicados por el Comité Olímpico Internacional en 2024,  las problemáticas de salud mental más frecuentes en atletas profesionales son: los Trastornos de Ansiedad, Depresión, Trastornos del Sueño, Trastornos de la Conducta Alimentaria y los Consumos Problemáticos.

Éstas problemáticas afectan a un gran número de deportistas, con cifras que oscilan entre el 30% y el 50%. Si consideramos que el ejercicio del deporte y la actividad física tienen efectos positivos probados en la salud mental, sería lógico esperar que en los atletas los problemas de salud mental fueran mucho menos frecuentes que en la población general. Sin embargo, la tasa de prevalencia de este tipo de malestares en atletas iguala o supera a las observadas en la población general. 


Esto, por sí sólo, representa una señal de alerta para que todo atleta, entrenador, familiar y dirigente tome conciencia de la importancia del cuidado de la salud mental como facilitador de un alto rendimiento sostenible en el tiempo.


Repasemos una a una estas problemáticas, sus síntomas más comunes, y las señales de alerta que nos puedne ayudar a detectarlas.



Trastornos de Ansiedad


Los Trastornos de Ansiedad alcanzan a una gran cantidad de deportistas. En palabras de Nicolás Freitas, dos veces mundialista con los Teros: “De la ansiedad no se salva nadie”. Pero, ¿cuándo la ansiedad se convierte en un trastorno?


Para que se configure como trastorno, debe presentarse un estado de activación intensa, alerta persistente y desproporcionada que se sostiene en el tiempo e interfiere con el rendimiento y el bienestar. La ansiedad puede ser precompetitiva, situacional o generalizada. Entre sus síntomas más comunes encontramos dificultad para concentrarse, miedo excesivo, preocupación constante y la evitación de situaciones que tienen que ver con el objeto que provoca la ansiedad. Además, es común manifestar síntomas físicos como tensión muscular, dificultad para respirar y dormir, sudoración, náuseas y dolor abdominal.


Algunas de las señales de alerta típicas de esta problemática son: la caída del rendimiento sin causa física, reacciones desproporcionadas ante errores o críticas, y los comportamientos ritualizados o evitativos.



Depresión


La Depresión, por su parte, es una enfermedad mental crónica con distintos grados que van desde leve a mayor. Se presenta como un estado de desánimo o tristeza persistente, con pérdida de interés por las actividades que antes generaban placer e incapacidad de llevar a cabo actividades cotidianas. En el deporte profesional, muchas veces puede pasar desapercibida porque se confunde con “falta de actitud” o “falta de personalidad” del atleta, y suele manifestarse tras lesiones prolongadas, fracasos deportivos o durante transiciones difíciles.


Entre sus síntomas más comunes encontramos fatiga constante, apatía, aislamiento social, tristeza y sensación de vacío. También suelen aparecer pensamientos negativos sobre uno mismo, pensamientos de muerte, irritabilidad, cambios en el sueño y en el apetito. Es importante estar atentos a señales de alerta como cambios en el apetito y en el peso corporal, aparente desconexión emocional con el equipo y/o el deporte, falta de energía, aislamiento social y falta de comunicación.



Trastornos del Sueño


Los Trastornos del Sueño incluyen un grupo de dificultades que alcanzan a cerca del 50% de los deportistas profesionales. Estas dificultades tienen que ver con problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido, problemas para mantenerse despierto y conductas anormales durante el sueño. Suelen manifestarse ante cambios hormonales producidos por el estrés del entrenamiento y la competencia. También pueden aparecer frente a viajes y cambios en los horarios, que pueden afectar la calidad y cantidad del sueño.


Entre los síntomas más comunes aparecen estados de somnolencia diurna, fatiga física y dificultades para concentrarse, así como las ya mencionadas dificultades para conciliar el sueño o el hecho de despertarse demasiado temprano. Algunas señales a las que debemos estar atentos tienen que ver con la aparición de problemas de memoria y falta de concentración, así como ronquidos fuertes y movimientos inusuales durante el sueño.



Trastornos de la Conducta Alimentaria


La cuarta problemática más frecuente en deportistas tiene que ver con los Trastornos de la Conducta Alimentaria. Se trata de patrones alterados en la relación con la comida, el cuerpo y el rendimiento, influenciados por presiones estéticas, culturales o deportivas. Afectan a hombres y mujeres, aunque en hombres tiende a pasar más inadvertida, por falta de autopercepción y elementos culturales. Este tipo de trastornos son más frecuentes en deportes con categorías de peso, como el Judo, o con alta relevancia de criterios estéticos, como la Gimnasia Artística.


Los síntomas más comunes son las conductas de restricción de alimentos, atracones, vómitos inducidos, la obsesión con el peso, la imagen corporal o la balanza. También puede aparecer el uso excesivo de diuréticos, laxantes o suplementos alimenticios o proteicos. Es importante estar alerta a cambios bruscos en el cuerpo, comentarios constantes sobre la apariencia o el peso, así como también a manifestaciones de ansiedad en eventos y reuniones sociales donde haya presencia de alimentos.



Consumos Problemáticos


En esta categoría se agrupan varios problemas relacionados a la dependencia o uso excesivo, riesgoso y desregulado de sustancias o conductas compulsivas. Además del alcohol y las drogas, se encuadran en esta categoría otros consumos como ser la adicción a los juegos de azar, las apuestas y las redes sociales. 

Estos consumos suelen comenzar como algo recreativo o para generar pertenencia a un grupo, y se transforman en un mecanismo de evasión emocional y/o para anestesiar frustraciones, que termina provocando un rompimiento con el rendimiento y la capacidad de disfrutar la vida.


Entre los síntomas más comunes se encuentran el uso frecuente con ocultamiento, los cambios bruscos de humor o rendimiento, el aislamiento y estados de irritabilidad. Las personas que lo padecen suelen manifestar dificultades para sostener su rutina de entrenamiento y sus responsabilidades como profesional. Este descontrol progresivo y la aparición de excusas constantes son señales de alerta tempranas que podemos identificar. También pueden manifestarse cambios de humor y en el aspecto o imagen, una baja autoestima, con pobre percepción de uno mismo y una necesidad excesiva y constante de validación externa.


Si en algún momento sentís alguno de estos síntomas, u observás alguna de las señales de alerta mencionadas, no dudes en actuar y levantar la mano. Muchas organizaciones cuentan con especialistas y con protocolos definidos para estos casos. El impacto de cualquier malestar puede ser atenuado si se detecta prematuramente.


 
 
 

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